Vistas de página en total

18 dic 2013

Los restos del color azul arándano.


Cuando el comienzo del año empieza en invierno, cuando el frío resulta imposible de comprender, cuando se queda guardado bajo la piel.
Cuando se duerme dentro de nosotros plácidamente junto al miedo, de vivir.
Cuando todo empieza por el dolor, y te das cuenta de que tiene que ir floreciendo poco a poco, quizás como la primavera, cuando la niebla se transforma en el color rojo, pero un rojo bonito, apagado.
Cuando te hundes porque crees que todo resulta más fácil, supongo que ahí es donde nadie te oye, y por eso permaneces ahí, oculto entre ti.

Pero la vida no sólo es otoño, y eneros que marcan. Supongo que tampoco lo es la primavera, ni las bellas teclas del piano, ni tampoco los restos del color azul arándano de tus pinceles.

La vida comienza por no ser evadida por todo ello, ni por mi, y digo que comienza en invierno para que el día que sepamos que también tenemos una pequeña luz, algo que da calor dentro de nosotros, comprendamos a vivir contra todo eso, contra nosotros mismos.

9 dic 2013

El amor es escribir, es dolor.

Hoy he decidido escribirte, supongo que como cada noche, sólo que esta vez las palabras se quedarán marcadas sobre el papel. O sobre mí...

Siempre he creído que mezclar ginebra y escribir, significa mi muerte. Ya sea por las veces que espero la primavera, o por las otras tantas que enero me marca la piel.
No se si es por las veces que me dijiste que me salvarías, y aún sigo esperando hundirme más o yo-qué-sé.

Pero esta noche me dueles mas.


He creído saber lo que era el amor.
Y he llegado a la nefasta conclusión de que el amor es ver llover, y empaparnos bajo las sábanas. Es dejar que se enfríe el café por querernos un rato más. Es compartir tan sólo un mando de la play. Y quejarnos de frío en pleno agosto. El amor es escribir, es dolor. Y es muerte.



Y  otra noche vuelvo a no enredarme en ti.

7 dic 2013

El invierno sin porno.

Resultó que nos dolía más querernos, que dejarnos matar por la distancia.
Que jodía menos el invierno sin porno que tus costillas en mi espalda esperando ser vencidas.
Los domingos con poesía mataban menos que tú y yo juntos deshaciendo el amor, y la cama, y el silencio lleno de ti y de mí...
                                                                                                                                             

Liar tabaco, y dibujar rayones negros en el papel.


Perderme, dejarme en paz, dejar de escribir, deslizar los pies descalzos por la sábana fría hasta que sobresalgan del colchón, enamorarme del otoño y no de ti, ni de nuestras heladas en pleno agosto.

Ver llover a los párpados y decir que las nubes son unas putas,

5 nov 2013

Y perdiéndose entre sus putas metáforas.

Se la cayó la manta que la arropaba. Y consigo cayeron todas sus flores, de mañana.
Ella pensaba que la arropaba de las personas y no del frío de Enero y sus camas vacías y sábanas empapadas de algo del amor. De sus domingos escuchando rock, y bebiendo Four Roses en la bañera.
Empapando la página número ciento tres de su libro. Desvaneciéndose a otro ritmo que la vida. Al de su cigarro, consumido por su rabia, y no por el rojo difuminado de sus labios.


Ella pensaba que... todo dolía menos a oscuras, y sin nadie al que poder llamar cabrón.

Ella ya se jodía sola, sin querer querer. Y perdiéndose entre sus putas metáforas.

17 sept 2013

Y gastarlo en mañanas.

Dejando leves marcas, de algo llamado amor, para luego hacerlo, para dejar de ser, y convertirse en  silencio.
Y sólo tus suspiros conseguirían enloquecer al invierno, y hacer volar sus hojas marrones, sin destino alguno. Tan sólo el de caer.

Como he caído yo tantas veces, en tus suspiros, y en tus helados febreros. Para luego volver a la vida en primavera, y seguir muriendo de ti también. Ver florecer tus miedos, para luego quitártelos con las mismas ganas de enredarme en ti.
Y aunque existan miles de noches bajo la lluvia, bajo esa lluvia salada, que cae gota a gota, empapando mas mejillas, que aceras y cielos grises, me quedaría toda la vida aquí, por recorrer tu cielo, y de vez en cuando desgastarlo en tinta, para luego rozar el verbo querer, y gastarlo en mañanas, con ojeras de nubes, de haber volado, y acantilados más soñados que altos, de hundirse de vez en cuando, en ti.

12 sept 2013

Desde el este hacia el pecho.

De vez en cuando tengo que escribir, y dejarme matar un rato.
Para que luego un pecho, o el tuyo, me devuelva a la vida.
Y seguir muriendo de ti, también.
Morir de ganas, de ansias, y de precipicios más soñados que altos..


Desde el este hacia el pecho, enredándome en las mañanas.
Con ojeras de nubes, de haber volado. Y luego caído.
Y joder como duele caer, entre tinta, y sábanas deshechas.
Entre el frío del invierno, y luego tu agosto.


Tu risa, que recorre mapas, y corazones de vez en cuando.
Luego se marcha... Y es cuando tengo que empezar a escribirle.
Para que vuelva, pero sólo en el papel,  y así ahogarme en tus delirios,
con vodka y unos cuántos poetas mal recitados.

7 ago 2013

Romperse un poco el pecho, para escribir sobre las nubes.

Escribir.
Dejo que los recuerdos me consuman, y mientras tanto las noches cada vez son más noches, más negras, y aún más con un bolígrafo y papel.
Desgasto la tinta intentando emcomtrar algo por lo que ser feliz, pero las palabras me desgastan a mi, y la tinta no borra esos recuerdos.
Piano.
Calma. Pero resulta que siempre acabo tocando melodías más tristes que las propias teclas heladas sin ser acariciadas, por nadie, nunca. Ni si quiera con el propósito de acabar con un puto domingo.
Pintura.
Los pinceles, las pinturas, su mundo, tan vacío de felicidad, que me da miedo.
Siempre he pensado que pintar es triste. Imaginas un mundo, un paosaje, algo, que sólo esta en tu cabeza, y que relativamente nunca existirá. No puedes pintar el amor. Y eso es triste.
Y aún más cuando te recuerda tanto a alguien.

Cartas.
Cartas que te hacen llorar y ser un poquito más feliz. Feliz de recordar. De sentir. Pero luego viene la nada, cuando esas cartas no dejan de ser un triste papel, dónde las lágrimas lo borran todo. Borran la tinta. Borran tu mínima cordura. Borran las esperanzas. Y todo se queda en nada.

Algo que te hace feliz se convierte en algo efímero. Difícil, y duele.

6 ago 2013

Perdernos hasta que un bolígrafo y un papel...


Tenerte encima de mí hasta que la noche amaneciese, hasta que un laberinto se perdiese entre tus manos, tus manos y mi piel.  Perderme más. Perdernos hasta que un bolígrafo y un papel no pudieran contar que es el cielo, y luego llenarlo de adjetivos absurdos, y quizás nombrar el paraíso.
Perderme hasta que el agua de la bañera se enfríe y esté tan helada que en días el café de ayer haya sido el de la semana pasada. Ese amargo café de sobre.
Perderme por días o noches, por tu espalda. Y ver cada noche la luna llena, con la persiana bajada.
Sólo escuchar la música de tus suspiros y mis ansias, mezcladas.

Tenerte encima de mí hasta que el paraíso deje de existir. Y entonces tendré que salir de esta mierda de habitación, y quizás preparar café en condiciones.

1 ago 2013

Noches de no vivir.


Vivir sin vivir. Seguir muriendo. En los días de invierno.
Donde el viento se lleva la felicidad. Tan lejos.
Trenes. Vacíos. Tan vacíos, que la soledad ha ahogado menos
mezclada con nostalgia. Mezclada con noches y libros.
Más libros. Y un vacío que apenas se sostenía. Y la luna tan llena.
Tan todo y tan nada. Hachís de madrugada. Y su piel tan escarcha.
Mezclada con café. Café frío. Su espalda. Una canción de jazz.
Unos versos de Neruda. Una historia de ficción.
Contada entre líneas. Letra pequeña. Y tanta tinta.
A veces tan borrosa.
Gotas de agua. Las de sus ojos. Las de la lluvia.
Noches de tormenta. De insomnio. Noches de no vivir.
De soñar y morir.

27 jul 2013

Personas, estrellas y cielos. Son lo mismo para mi.

Sé que a veces no brilla tanto, y lo sé porque me siento más sola. Más nada.
 Me siento vacía, y se nota en que el cielo es más negro, más carbón.
Vacía de ti, de tu ausencia, y es que a veces no brilla tanto.
Todo lo que se ha quedado bajo mi pecho es tan grande como el cielo, sólo que un cielo azul, con una preciosa puesta de sol.

Elegir la soledad, para tapar que te sientes así de verdad. Y quizás así duela menos.
Quizás por eso me aparte de las personas que consiguen que ese vacío esté un poco mas lleno.
No consigo ser feliz así, y se que  apartándome de esas personas que tanto quiero y me quieren lo seré menos.
Pero pensé que lo necesitaba, pensé que necesitaba otra vez estar sola. Y me hundo más.


Pero se que pronto volverá ese cielo tan azul.

21 jul 2013

Editando...

De querer llorar y acabar derramando más tinta que lágrimas.
De soñar y no dormir, de escribir con los ojos cerrados, que es más bonito que el papel.
Más lluvia que tormenta, más caos que calma, y yo sigo aquí, partiéndome un poco el pecho, para escribirte y seguir muriendo, a la vez.
Pero si dejara de hacerlo moriría igualmente sólo que con más bolígrafo que papel.
Que el verbo anhelar  si existe por las noches, a solas, y con medio café más frío que amargo duele más.
Acantilados para despertar, y es que le tengo miedo a las alturas, y a querer, que viene siendo lo mismo, sólo que un te quiero me asusta, más.
Dime como era antes de conocer todo esto, de saber que había noches más oscuras que el negro de mis pestañas, que sentir la poesía duele aún más que recordar.

Recordar que era tu sonrisa la que alegraba las calles de cualquier ciudad, Barcelona por ejemplo. Que tu pecho me hacía ser tan inocente, que en tu espalda desaparecía cualquier preocupación. Llamémoslo ansias, que en un verso el amor empieza a estar sobrevalorado, y mi lápiz aún no sabe escribir esa palabra.
Prefiere distraerse y mirar por la ventanilla del tren, dejando de buscar sonrisas a medias, o rotas, por el vagón. O leer el libro que lleva la persona de al lado, ver dormirse a aquel señor que está sentado dos asientos más allá, o quizás dibujar entre el zic-zac de la vía.


Y es que hay momentos que tienes que dejar de se tú, para sentir un poco menos. Quizás.

18 jul 2013

Que sentir la poesía duele aún más que pensar.

Dime que son las noches sin necesitar a alguien, sin escribir con los ojos empapados de algo, de daño, una mezcla de negro tizon y dolor.
Y he llegado a pensar que ni la música arregla lo roto, que eso sólo es tarea de una aguja y hilos, y dime tú como vuelve a sonreír el pecho de una persona. Eso no es posible cuando tus noches son acantilados y hay tormenta, y es que le tengo miedo a ambas cosas, a la altura y a tantos truenos.
Dime porque me gusta tanto "escuchar" el silencio si lo único que hago es recordar y liarme cigarros de ansias, de nada.
Dime como se empieza de cero,  dime como era antes de conocer todo esto, de saber que había noches más oscuras que el negro de mis pestañas, que sentir la poesía duele aún más que pensar, y que hay momentos en nuestra vida en los que la música deja de sonar. En los que dejas de ser tú para sentir un poco menos.

12 jul 2013

Cariño.

A veces las personas se encuentran en un punto en el que tienen que decidir ellas su camino.
Tu quieres ayudar a esas personas, intentar salvarlas de su mierda, pero a veces no es posible, hay personas que necesitan otro tipo de apoyo, y esta bien aconsejar, es lo que se hace cuando quieres a alguien y no quieres que sufra, pero a veces causa el efecto cintrario, sintiéndose sin opciones, mal.
He tenido mucha vida o poca, depende de como se mire, si en lo aprendido o los días que he vivido feliz.
Aunque no siempre las personas eligan la correcta elección, para ellas habrá sido la elección que en ese momento querían o deseaban y ese preciso momento no lo puede cambiar nada ni nadie.
Siento decepcionar a esas personas, como tú, que tanto me quieren, pero que por desgracia no están en mi día a día.
Necesito, por desgracia que las personas aprueben mis decisiones aunque este segura de lo que hago, no es nada malo, y no me debería sentir así.
Pero si soy sincera, estoy mal. Me siento como persona, más pequeña que antes, prácticamente sin moral. Y eso duele. Casi nunca he tenido que dar explicaciones de nada, porque hay una persona que ha confiado en mi, y eso me ha servido a lo largo de los años para darne cuenta de lo que sou, y para hacerme responsable de mis actos. Aunque respecto a otros temas no lo haya sido, tal vez porque yo misma me creaba una pasividad en la que no podía salir de ella.
Pero duele sentir que te equivocas cuando no crees que sea así.
Y con esto no pretendo nada, sólo intento que me entiendan, sólo eso.
Te quiero tanto, tanto pequeño...
Quiero reír contigo como cuando éramos pequeños, pero últimamente se hace todo tan difícil...
Te quiero, mucho.

11 jul 2013

Tocar el piano para dejar de pensar.

http://www.youtube.com/watch?v=C9haTFoGcvk

Se suponía que todo iba a ser más fácil, que el cielo dejaría de ser gris.

El silencio es la única manera que se, para decirte que no  puedo más.
No quiero que te hundas conmigo, a pesar de mis sonrisas, a medias, que tanto te querían.
Intenté salvarme escribiendo, escribiéndote a ti en una hoja en blanco que llenaba con palabras que no quise sentir nunca, derramando más tinta que lágrimas, que esa fue la única forma que encontré para soñar cuando no podría dormir, y es que escribir con los ojos cerrados en tu espalda es acabar muriendo, de ganas, de pintarte besos por toda tu piel, y de pasear por tu pecho. Y esa me parece una forma bonita de morir, y de dejar atrás esa sonrisa tan bonita que me había salvado tantas veces,  tal vez hundiéndose conmigo…
De alguna forma me duele decirte adiós, de la misma forma que un día empecé a sentir.

8 jul 2013

Dormir, escuchando jazz.


Jugar a hacer el amor bajo la nieve, o con la canción más rara del mundo, con miel, o bajo la lluvia.

Dormir sin ti en días de tormenta, prometernos un nunca, no terminar de ver el final de una película, emborracharnos con café, no dormir entre semana, ver nevar todos los domingos, hacerte reír con una historia de miedo, ver auroras boreales en el centro de la ciudad, dormir escuchando jazz, y nunca despertarme junto a ti.

5 jul 2013

Con medio café, más frío que amargo.

De querer llorar y acabar derramando más tinta que lágrimas.
De soñar y no dormir, de escribir con los ojos cerrados, que es más bonito que el papel.

Más lluvia que tormenta, más caos que calma, que ya no estás,  y yo en cambió sigo aquí, partiendome un poco el pecho, para escribirte y seguir muriendo, a la vez.
Pero si dejara de hacerlo moriría igualmente sólo que con más bolígrafo que papel.
Que el verbo querer si existe por las noches, a solas, y con medio café más frío que amargo duele más. Y joder...

17 jun 2013

Cambio noches por inspiración.

Te escribo para quererte un poco más,
porque un amor es más bonito escrito,
porque hasta ahora he muerto poco a poco
y de madrugadas sin versos aún no vivo.


Te escribo para decirte que eres silencios
y yo en cambio soy tan ruido,
que aún no se perderme en tu piel
si no es con poesía y el pecho escondido.  

Te escribo para contarte que amar es nada,
sólo es un verbo con miedo, reprimido.
Y lo es todo a la vez,
sin ti, contigo.

2 jun 2013

Me desperté, y ahora estoy escribiéndote otra carta.


Hasta anoche, no había soñado contigo desde que te marchaste al cielo para dormir entre las nubes.
Intento salvarme entre pinceles,como hacías tú, entre blogs de dibujo, y cartas sin correspondencia, y es que no se a cuál de todas las estrellas enviársela.

Pero te sigo escribiendo, quizás dentro de algunos años todas estas cartas acaben en un cajón de algún mueble malgastado por el tiempo...

Anoche soñé contigo, y ya no me asusta, saber que el único modo que tengo de verte es en mi imaginación, en mi subconsciente. Al fin y al cabo lo real sólo sirve para confundir, para consumirnos, pero sólo uno mismo sabe lo que hay en su interior, y eso queda ahí guardado para siempre, y ahí se que estás tú, se te voy a poder encontrar cada vez que te necesite.



Estabas agachada abriendo una de tus cajas, en las que guardabas todos esos botes de pintura, y tus pinceles. Yo te decía que gracias por haber vuelto, que te había echado mucho tiempo de menos. Pero que ya no me importaba nada, por que estabas ahí, a unos metros de mí.

Te dije que si me podías ayudar con un dibujo que tenía para clase, cogí tu estuche metálico con carboncillos, y entonces nos pusimos a dibujar juntas, pero la hoja de dibujo seguía en blanco.

Me desperté, y ahora estoy escribiéndote otra carta.


Sólo quería decirte que vuelve pronto.

12 may 2013

Y es que ahora, sólo veo cielos grises.




Quería decirte, que esta noche, el miedo se ha colado por mi ventana y se ha acurrucado muy despacio, en mi cama. Me ha cerrado los ojos, y me ha envuelto entre las sábanas.

Esta noche he soñado con poesía, y poesía, eres tú, mi amor.

Se que eras tú, por que aún tengo las manos frías de rozar tu piel cuando aún era invierno.
Estabas ahí, diciéndole a la luna, que esta noche no íbamos a dormir, y  yo sentía que el pecho me quemaba, y es que ese es tu rincón.
Te fuiste, dejando la cama llena de recuerdos, que te gritaban, según te ibas alejando. Dejaste todo tirado.
El tocadiscos que sonaba aquella noche, sigue emitiendo tus susurros, con una música de fondo. Que no consigo escuchar.


Y es que no hay nada que pueda tapar esta cicatriz, que me arde cada noche. Excepto tu sonrisa, esa que me agarraba cada mañana sin soltarme, esa que me decía que no me preocupase por nada, que todo iba a salir bien. Y es que se ha grabado de forma permanente en mi almohada.  Donde posabas mi infinito cada noche.

Y es que mi pupilas ya no tienen fuerzas, para callar con desidia.

Y es que ahora, sólo veo cielos grises, y es que ellos no entienden de cajas de música que iban al compás de tus caricias, ni de tus ojos, que eran capaces de leerme los labios, que ahora ocultan las ganas detrás de ese rojo, difuminado, cuando decía con silencios, vuelve. Quédate, que cada noche ese miedo a no necesitarte nunca más aparece, así, sin avisar.








11 may 2013

Déjame posar mis delirios sobre tu pecho.


http://www.youtube.com/watch?v=VLg8MBzPfTA

Déjame que derrame mi sonrisa por todas tus lágrimas, deja que se enrede en las pestañas y que juegue a cerrarte los ojos, por una noche.
Déjame mirarte desde cerca, todavía más, déjame que me pierda en tu mirada, que penetra en mi piel hasta dejarla bajo escombros.


Déjame inventarme una luna llena,  un cielo inundado de luces y una pequeña playa, donde dejaremos nuestra pequeña silueta, aunque la marea suba, y arrastre nuestra piel hasta quedarla impregnada de salitre, borrando las marcas de mis labios por todo tu cuerpo.


Déjame dormir en tu sonrisa, respirando el mismo oxígeno, y robándome el poco aire que me queda.

Susurrando canciones, entre las sábanas, mientras se desvanece con las ganas, que le tengo a tu labio inferior.

Y recorrer milímetro a milímetro cada atardecer desnudo, llegando hasta el infinito de tu piel.

Déjame posar mis delirios sobre tu pecho, e inventar una historia que quedará bajo la almohada.

Empañar los espejos callando con caricias, que parpadean en mi piel. Rompiendo los besos, como si fueran cristal.

Déjame grabarte esta noche en tu costado, cuando el cielo se nos venga abajo.


Déjame hacer planes contigo mientras el sol despierta, entre los pequeños huecos de la persiana.



Jugemos a hacer el amor bajo la nieve, con la canción más rara del mundo, con miel, o bajo la lluvia.

No dormir en días de tormenta, prometernos un nunca, no terminar nunca de ver el final de una película, emborracharnos con café, no dormir entre semana, ver nevar todos los domingos, hacerte reír con una historia de miedo, ver auroras boreales en el centro de la ciudad, dormir escuchando jazz.



Y ver despertarse a la luna, mientras hacíamos eso, que "llaman amor".

Tus costillas, donde me perdía alguna noche.


http://www.youtube.com/watch?v=3Cn92YvcATQ

Dime que sólo estamos jugando al escondite y que por eso no logro encontrarte.
Dime que es por eso y no porque hayas decidido marcharte, sin un billete de vuelta.

Y es que no se que más decir desde que te has ido, por que me faltan las palabras para contártelo, y me sobra todo lo demás.

Me sobran los sueños , las historias y las caricias que dejaste por toda mi cama.

Me sobra el café, que se enfría por las mañanas y  que por la noche abrasa, que se me queda grabado a fuego en la garganta, y es que ya no puedo gritar tu nombre por las noches, mirando por la ventana, por si apareces.


Me sobra medio paquete de tabaco, el cigarro de después, que se consume más lento, y es que ya no estás para quitármelo de la boca.
Me acuerdo, me acuerdo bien; le dabas unas caladas entre una sonrisa, una de esas  que hacía que me dieran unas ganas tremendas de morderte la boca, y lo que pasara...
Y la mía, mi sonrisa, que se escondía detrás de tu espalda, como una niña, que corría lo más lejos posible hasta encontrar un lugar a salvo. Su escondite, su rincón, su lugar secreto. Y el mío eras tú.


Me sobra hueco en los bolsillos, y es que ahora camino con las manos cosidas a ellos, se me congelan, y sobra hueco, para ti, para tus manos, esas que me hacían rozar el cielo, y es que nadie mas entiende de cielos como tú, y como yo.
Y es que nadie ha estado entre las nubes, cómo nosotros, diciéndonos bajito que estábamos locos.

Me sobra un sitio en mi cama, y es que no encuentro tus costillas, donde me perdía alguna noche. Que todavía hiela y mi piel suplica perderme entre tus manos.
Que mi clavícula se queja de frío.

Y es que ahora me pongo dos pares de calcetines, para aguantar el frío que dejaste por todo mi cuerpo, por toda mi habitación.


Me sobran las ganas de abrazarme a tu espalda, y darte las buenas noches, o un "te quiero".

Quédate.
Que aún me quedan lunares por contarte. Leerte a Bécquer bajo las sábanas.
Mientras nos follamos el invierno.

Me sobra el último suspiro sobre la almohada


También me sobran  la mitad de las teclas del teclado para escribirte, para contarte mis sueños en tu cuello, para decirte con los ojos inundados, que te echo de menos.


Vuelve.
Prometo contarte cada noche las estrellas; rozando mi nariz contra tu pecho.

Dime que volverá a subir la marea, que necesito sentir que me ahogo  cuando estás rozándome; despacio.
Como un barco de papel que se va hundiendo poco a poco en tu espalda.
Caricias que rompen contra mi piel, como las olas. Que me pierdo en este azul, y tus ojos siguen quemándome.

Y no estás.

28 abr 2013

Para contarte mis sueños en tu cuello.



Y es que no se que mas decir desde que te has ido, por que me faltan las palabras para contártelo, y me sobra todo lo demás.
Me sobran los sueños, los suspiros, las historias y las caricias que dejaste por toda mi cama.

Me sobra el café, que se me enfría por las mañanas y  que por la noche abrasa, que se me queda grabado a fuego en la garganta, y es que ya no puedo gritar tu nombre por las noches, mirando por la ventana, por si apareces.



Me sobra medio paquete de tabaco, el cigarro se consume mas lento, y es que ya no estás para quitármelo de la boca.
 Le dabas unas caladas entre una sonrisa, una de esas  que hacía que me dieran unas ganas tremendas de morderte la boca, y lo que pasara...

Me sobra hueco en los bolsillos, y es que ahora camino con las manos cosidas a ellos, se me congelan, y sobra hueco, para ti, para tus manos, esas que me hacían rozar el cielo, y es que nadie mas entiende de cielos como tú, y como yo. Y es que nadie ha estado entre las nubes, cómo nosotros, diciéndonos bajito que estábamos locos.

Me sobra un sitio en mi cama, y es que no encuentro tus costillas, donde me perdía alguna noche.
Sueño descalza bajo la cama, y es que ahora me pongo dos pares de calcetines, para aguantar el frío que dejaste por todo mi cuerpo, por toda mi habitación.

Me sobran las ganas de  follarme tu mirada, tu sonrisa, tu clavícula, tu pelo; las ganas de abrazarme a tu espalda, y darte las buenas noches, o un "te quiero".


También me sobran  las teclas del teclado para escribirte, para contarte mis sueños en tu cuello, para decirte entre el rimel corrido de mis ojos, que te echo de menos.

25 abr 2013

Y tus ojos siguen quemándome.


Dime que sólo estamos jugando al escondite y que por eso no logro encontrarte.
Dime que es por eso y no porque hayas decidido marcharte, sin un billete de vuelta.

Duerme, cierra los ojos, imagínate que perdemos la cabeza y dime que te quedarás entre mis sábanas. Que todavía hiela y mi piel suplica perderme entre tus manos.
Que mi clavícula se queja de frío.

Vuelve.

Prometo contarte cada noche las estrellas; rozando mi nariz contra tu pecho.

Dime que volverá a subir la marea, que necesito sentir que me ahogo  cuando estás rozándome; despacio.
Como un barco de papel que se va hundiendo poco a poco en tu espalda.
Caricias que rompen contra mi piel, como las olas. Que me pierdo en este azul, y tus ojos siguen quemándome.

Y no estás.

24 abr 2013

Dar caladas al silencio.

Soy un diciembre frío, perdido entre mis piernas.
Y es que está helando, y necesito sentir tu piel, un rato más.

Quédate. Que aún me quedan lunares por contarte.
Dejar mi último suspiro bajo la almohada.

Que aún me falta leerte a Bécquer bajo las sábanas.
Mientras nos follamos el invierno.

21 abr 2013

Mientras hacíamos eso que llaman amor.


Cuando estaba perdida te encontraba a ti,  en el sueño más callado, o en mi piel.
Y ahora lo estoy, necesito volver a estar entre tu boca, leyéndonos el silencio, arañando tu espalda, bebiéndonos las ganas, con café.


"Shh", ahora sólo me queda apoyarme en mi almohada, a lo mejor te encuentro por algún rincón de mis sueños. Sólo tengo que llevarme el mapa de tu piel. No recuerdo donde se encontraban tus lunares, si tenías pecas o los ojos marrones.

Por si acaso, te daré una pista.
Seguiré en el mismo lugar, andando de puntillas para no despertarme, en silencio, olvidada en aquel rincón. Estoy exactamente donde estuvo tu pasado. Me acuerdo bien, pasé un par de veces por allí.


"Aquella sonrisa que dejaba entrever mi máxima felicidad se escondía detrás de tu espalda, como una niña, que corría lo más lejos posible hasta encontrar un lugar a salvo. Su escondite, su rincón, su lugar secreto. Y el mío eras tú.

Ver dormirse al sol, entre los pequeños huecos de la persiana, cuando aún podía sentir tus ansias. Y ver despertarse a la luna, mientras hacíamos eso que llaman amor".

12 abr 2013

Color café.



Tu mirada, color café, que penetra en mi piel, hasta dejarla bajo escombros. Desvaneciendo como el humo de aquellas caladas que le daba de vez en cuando a tu sonrisa.
Tus labios, que aspiran el mismo oxígeno que  los míos, robando el poco aire que me sacia, cuando estas cerca.

Tus manos que recorren milímetro a milímetro cada atardecer desnudo, tus dedos,
que han llegado al infinito de mi piel.

Tu voz que susurra canciones que se desvanecen con las ganas. Y cada palabra se transforma en un pequeño jadeo, que recorre cada vena de mi cuerpo.

Tu olor, perturbando cada uno de mis sentidos, dejándome completamente desnuda.



Y cuando no me deja nada mas que arrebatarte, hasta dejarme  insaciable ante el control de tu mente, de tus recuerdos, de tus pensamientos...

Te diré que me estoy hundiendo.

7 abr 2013

Cierra los ojos.



Esperaré, hasta llegar a ese lugar, sólo te diré que todavía no se cuál es, no se donde se encuentra, donde estará, en que cuidad, en que país, todavía no lo se. Si tendrá una pequeña playa, donde dejaremos nuestra pequeña silueta, aunque la marea suba, y arrastre nuestra piel hasta quedarle impregnada de salitre, borrando las marcas de mis labios por todo tu cuerpo;  Quizás nos encontremos en un bosque, el mas lejano que tus ojos, cerrados, puedan ver, tal vez ese cielo esté inundado de luces.
Puede que haya luna llena, o tal vez no, puede que me pierda, pero "shh...", mi ropa caerá sobre la rama de cada uno de aquellos abetos, que encadenan a tus ojos, dejando como pista mi cuerpo desnudo, no se trata de perderme, si no de encontrarnos. Dime, ¿está oscuro?, sigo sin poder ver nada, al menos algo cuerdo.

¿Por qué se desvanece?
Cierra los ojos, deja que las caricias parpadeen en tu piel.

Tampoco se cuando, puede que nieve, puede que sea un 4 de Enero perdido entre el vago recuerdo de la imaginación. Puede que me lleve mas tiempo, aún queda otra botella de whisky.
Quizás sea demasiado pronto, o tal vez no, y dime, ¿es éste el lugar?.



11 mar 2013

"Buenas noches flor."

Hoy duermo contigo, con tus cartas, tus palabras; tus fotos, tu sonrisa. Tu perfume a lilas, tu olor. Con el recuerdo de tus besos, tu canción favorita, besos. Hoy duermo con tu voz: "buenas noches flor". Con una caja llena de recuerdos, cartas, libretas, fotografías, libros, perfumes. Con una caja llena de nada. Ahí sólo quedan recuerdos. Pero en un "hasta siempre" sé que podré apoyarme, porque ahí sabré que estarás conmigo, pase lo que pase. No podré escuchar tu voz, pero la recuerdo perfectamente, al igual que tu sonrisa. Siento tu cariño, aunque algo lejos, el suficiente como para hacerme recordar que soy y eres lo que más hemos querido. No ha sido fácil, ni lo será. Pero siempre que te sienta, a ti, a tus abrazos... Sabré que estoy a salvo. A salvo de una caja llena de recuerdos.

Entre alguna caricia.

Que cada ve que me quedo anclada a esta almohada y a este cigarro consumido por recuerdos de una noche; que en esta habitación, en esta cama, se respira a miedo. Que las pupilas se borran, tapando el brillo de los ojos, sin dejar ver, quizás, una media sonrisa. Que las venas se envenenan con kilómetros de más. Que los libros se perdieron entre historias de algún cualquiera. Que quizás de tanto escucharlo, el Jazz se perdió, entre alguna caricia. Que los párpados se cierran para soñar con ese infierno cada noche, como si pesaran las horas sin dormir.

7 mar 2013

Caídas nocturnas.


Arrinconando los recuerdos poco a poco en esquinas olvidadas.
Oscuras, sucias...

Donde la lluvia cae, empapando cada pestaña.
Donde estallan los rayos, empotrándose contra el punto más directo, ahí dentro, donde más duele.
Donde la almohada aguanta cada caída nocturna.

Pero ahora la cabeza pesa demasiado.
Hundiéndote, poco a poco.

Envenenado.


El tiempo se quiebra en mil pedazos. Emitiendo imágenes distorsionadas que parpadean a cámara rápida en tu cerebro.

Cada vez van más rápido y yo, ya me estoy quedando sin oxígeno y.

Es posible olvidarte de cómo respirar cuando todo lo demás ha invadido cada parte de ti.

El aire está envenenado de recuerdos.

28 feb 2013

Difuminado.


Como siempre, perturbando cada instante que roza su piel.

La mirada queriendo explotar, pero esta vez no era de ganas; Desvanecían colándose en los gritos de algún cualquiera.

Cada gota que caía, color carbón, arrastrada por un recuerdo, recorriendo su mejilla.

Labios desgastados, de dar caladas al silencio, ocultándose detrás de ese rojo, difuminado.

17 feb 2013

Aquellos días nublados.


Llevo tanto tiempo rodeada de esa incapacidad para comprender  algo tan sencillo.
He tenido que esperar a recordar aquellos días nublados, a que... el patio, a que esa silla de madera, estuvieran impregnados de la lluvia.
Empapados.

El mismo lugar en el que hace bastante tiempo, sonreía sin dejar lugar para pensar.
Volver a revivir todo lo que sentí aquellas tardes, algo grises....

5 feb 2013

Lo sabes, va a doler.



Era sencillo.
Tenías que elegir una opción.
Sentir, no dejar nunca de sentir...
Caes, pero ya no te levantas; lo sabes, va a doler, porque en este mundo, en mi mundo, ni siquiera rozas el suelo, demasiado alto,  demasiadas veces.
Así que decides quedarte ahí, tumbada en el suelo.
Suena de fondo... sí, aquella canción que te recuerda que no te queda nada, sólo... recuerdos de una noche lamentándose en cada lágrima que cae por tus pupilas inundadas de su olor. Medias sonrisas ancladas al pasado y tu piel, tus venas, vistiendo de algo llamado nostalgia.
Todos tus esquemas se rompen, explotan dentro de ti, aquello que parecía ser pasado se transforma en culpa, culpa por no haber elegido la otra opción, la de abandonar.

28 ene 2013

Cada día, cada buenas noches.





Que soplaba el fuego de cada vela, que recuerdo cómo iba cayendo la cera.

Que no abre visto muchas estrellas fugaces, pero alguna paso en aquellos años. Anocheciendo, mirando las estrellas desde mi ventana.


Qué estrellé todas mis monedas que llevaba en los bolsillos de aquellos vaqueros desgastados, en una fuente de piedra, comida por el musgo.


Que aquella pestaña que resbalaba por mi mejilla hasta caer en mis papeles llenos de letras. Que iba deslizándose por el aire.

Que he encontrado mil motivos para pedir siempre el mismo deseo.

¿Sabes cuál?
Que no te fueras nunca de mi lado, que no me dejaras sola, que te necesitaba... Necesitaba saber, que, al irme a dormir, aunque tu no estuvieras bajo esas sábanas conmigo, me decías  buenas noches con apenas un susurro. ¿Pero sabes qué?
Que yo lo oía. Entonces cerraba los ojos fuertemente y pedía el único deseo que yacía desde hace mucho en mí. Que no te fueras, incluso en mis sueños. Así que cada día, cada buenas noches, te esperaba.

24 ene 2013

Debajo de tus párpados.


Bosques, llenos de hojas secas, inundando cada parte del suelo. La luz de la luna, jugaba a enredarse entre las ramas de aquellos abetos. El hielo, cubría cualquier tipo de reflejo de aquel pequeño estanque.

12:26 de la noche. Esa fue la hora, en la que todo mi mundo se vino abajo.

Cierras los ojos, los aprietas. El dolor y la rabia se almacenan debajo de tus párpados.

En esos momentos no existía nada más, tan sólo ese tipo de silencio, en el que puedes escuchar tus propios pensamientos, en el que se escuchan tus lágrimas, ese mismo tipo de silencio que grita a la nada.

No iba a venir, nunca.

16 ene 2013

6CDD881


El casete de the strokes, un cartón de vino, casi vacío, un cigarro encendido con el mechero del taxi, ceniza suspendida.
La lona del techo, rasgada por una pequeña navaja, que hasta ese momento había sido conservada en un estado óptimo.

Bajos las luces del cielo.
Allí.

Una sensación que recorría parte de tu cuerpo, ansia, placer...
Besos.
Pelo alborotado, un tirante del sujetador resbalaba por el hombro.

Miradas buscando aventuras, o simplemente cualquier locura que callar.
Queriéndose tanto...





-¡¿Qué coño?!.

"A veces, las cosas cambian, para bien o para mal tienes que saber aceptarlas y eso conlleva el no rebuscar en el pasado. Ahora es así. No hay nada más que decir. Y ahora tan sólo queda esto":


Amarillo viejo, la pintura algo desgastada, un faro roto, matrícula 6CDD881, oxidada.
Apenas tenía retrovisor.
El techo del taxi, solamente una tela, algo rasgada formando una especie de rectángulo.
Marcas de pintalabios rojo en el asiento delantero.
Se respiraba a puticlub.
Una ventanilla, pintada con spray negro.



Desidia.
Equidistante del vacío.

Mirada de odio. Temor. Algo caía por la pupila derecha, deshaciendose en dolor.

Y eso quemaba.

14 ene 2013

Los silencios gritaran.



Cuando los locos ya no estén tan locos.
Las tormentas dejarán de ser grises, la ropa ya no estará tirada en el suelo, se olvidaran las locuras, la realidad se volverá aburrida, las palabras no podrán escucharse, sin excusas que vacilar, los silencios gritaran, los errores dejarán de ser pequeñas aventuras, y las hojas caerán al suelo.






13 ene 2013

Se expande por las fibras del papel.



A veces, simplemente no puedes más.

Ríes, pero está vacía, tan sólo un gesto, sólo eso.




De repente tus ojos, ya no pueden fingir  más, llevan demasiado tiempo mintiendo. Mintiéndote a ti misma.
Una lágrima escapa, recorre la mejilla rosada hasta que cae, la tinta del bolígrafo se expande por las fibras del papel, y dejan semi-oculta aquella palabra: "recuerdos."

6 ene 2013

Facilidad de comprender la confusión.


Como una película, una de esas que empiezan por el final, el final, ya que en la realidad no hay segundas partes.

Ya está todo dicho, el dolor ya está hecho, sin sorpresas ni falsas reconciliaciones que acaban destrozando cualquier objeto que se cruce en el camino de dos personas con el único propósito de hacer el amor. Ahora tan solo queda ver la trama





El techo, tan blanco como hace dos segundos; Lo único que podía sentir era cómo si los  latidos de mi corazón invadiesen todo mi cuerpo, la voz me temblaba y apenas podía pronunciar una palabra sin que sonara estúpida.


Joder, otra vez.

¿Esta vez tiene que ser todo tan jodido?


Estaba todo tan claro, y ahora, joder, ahora sería imposible entender  esa facilidad de comprender la confusión.


Ahora sólo queda una promesa sujeta a una única condición, la de no olvidarme.

4 ene 2013

10:53.


"Lo sentimos, el número que ha marcado no se encuentra disponible en estos momentos."

Abro la caja de cerillas, cojo una y la prendo con el lateral de ésta, enciendo la mecha de la vela.



Sonando de fondo Iggy Pop, canción 03, de Lust for life.
El cigarro consumiendose lentamente en el cenicero, así mismo que la vela.

10:53 de la noche.

Borrachos por la calle, quinientas canciones sonando a la vez en los distintos bares de la ciudad. El metro, abarrotado.

Cielo oscuro, habitación oscura, excepto por esa pequeña llama incandescente que lucha por no ser abatida. Suspiros.

3 ene 2013

No tuviste que venir, no deberías haber llegado hasta aquí nunca, de ningún modo. Tú no.

Hubiera sido más FÁCIL, ¿no crees?.

Lo que todavía sigo sin entender, es porqué, si decidiste irte, así de pronto, sigues aquí.
¿Acaso pretendes seguir sin dejarme dormir por las noches?.

Quizás el problema sea yo, tu tomaste tu decisión, pero parece ser que yo, aún no lo he hecho. Quizás siga esperando; La respuesta es: ¿a qué?.

¿Sabes? me hubieras ahorrado ganas. Sí, eso y sobre todo TUS recuerdos, imborrables. Cuando una persona se va, debería ser obligatorio llevarse todo lo que ha traído consigo, o al menos dejar un post-it de algún color fosforescente, en la nevera en el que pusiera algún tipo de instrucción, o algo de eso, ¿no?.