Para que voy a hablarle a una lápida, gris ceniza, gris tristeza.
Para que voy a hablarte en piedra pudiéndolo hacer en flor.
En lilas, a ti.
Pudiéndote ver en estrellas y noche apagada, brillando en luna.
Verte volar como mariposa blanca, volando sin tristeza alguna, y luciérnaga iluminándome más que el sol.
Le hablare a todo ello, te hablare a ti, mamá.
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